Este es el relato de María, Moises y David. Un relato acerca de la experiencia de una recien estrenada madre con la de un bebé prematuro, Moises, y la lactancia materna y de como esta se instauró con el metodo Piel con Piel.Una historia cercana de uno de los miembros del grupo De Mare a Mare que esperamos os sirva.
Gracias a los tres por compartirlo con todos nosotros.
(Fotografía de María y Moises) EL MILAGRO DEL CONTACTO PIEL CON PIEL
Moisés nació antes de tiempo, en la semana 35; después de un mes de reposo con riesgo de parto prematuro. En el hospital decidieron que lo mejor para Moisés era estar en la incubadora unos días para poder comprobar si todo su organismo funcionaba bien. Para su padre y para mi fue un golpe muy duro. Rápidamente tuvimos que adaptarnos a la situación, empecé a estimular mis pechos para que empezaran a producir leche, intentábamos acariciarle todo lo que podíamos cuando íbamos a visitarle a la incubadora, con nuestras manos envueltas en unos guantes de látex.
Tres días después, lo pasaron a la cuna-nido, y yo podía entrar cada tres horas para alimentarlo. Le ofrecí el pecho, pero no lo cogía, lo intenté varias veces, no entendía porqué no lo quería, lo abracé entre mis brazos, que notara mi calor, el latido de mi corazón, mamá estaba con él, deseaba que lo sintiera, era lo máximo que podía ofrecerle. Paso el tiempo de la visita y no se cogió al pecho. Salió una enfermera que entendió mi situación y me ayudó a darle un biberón, y me despedí de él, hasta tres horas después no podría volver a verlo.
A lo largo del día, en las siguientes visitas, se fue cogiendo al pecho, aunque no sacaba nada, seguía sin entenderlo, sabía que tenía leche, hasta ese momento había estimulado mis pechos y Moisés había sido alimentado con la leche que me había sacado.
Al día siguiente, por fin podíamos llevarnos a Moisés a casa. Aunque ahí no acabaron los problemas. Moisés seguía sin sacar leche de mis pechos, por tanto la pediatra nos sugirió ofrecerle una lactancia mixta hasta que sacara leche, pero, y eso ¿cómo se hacía? Tampoco fue fácil. Rápidamente llamamos a una amiga de David, miembro de “de mare a mare”, y nos dio unas recomendaciones que hasta unos días después no entendimos bien el poder que tenían: que tuviésemos a Moisés en contacto piel con piel todo el tiempo posible, que intentásemos estar relajados, en un ambiente de tranquilidad, y que confiásemos en Moisés, porque él sabía lo que necesitaba.
Esa misma tarde dormí la siesta con Moisés encima, los dos desnudos y tapados con una mantita, fue un momento muy chulo, pero además, justo después de esa siesta, cuando se enganchó al pecho, nos dimos cuenta de que sí estaba sacando leche. David y yo estábamos emocionados, no sabíamos si era por el contacto piel con piel que habíamos tenido, pero lo cierto es que en lo que quedó de día no volvió a sacar leche, se enganchaba bien, pero no sacaba nada.
Al día siguiente, volví a dormir la siesta con él igual que el día anterior. Y cuál fue nuestra sorpresa al ver que cuando se despertó, se enganchó al pecho y ¡volvió a sacar leche! Ahora sí estábamos seguros que había sido el contacto piel con piel. Nos parecía mágico, pero lo habíamos experimentado nosotros mismos.
Desde ese momento, decidimos que tendríamos a Moisés en contacto nuestro constantemente. Y ese fue el final de nuestro problema con la lactancia. Moisés empezó a pedir teta casi constantemente, y dejó de querer biberones. Para David y para mi fue una tranquilidad, y un placer tener a Moisés siempre con nosotros.
Gracias a ese contacto (¡para nosotros milagroso!), llegamos a compenetrarnos con él muy rápidamente, era más fácil estar atentos a sus necesidades, fuimos notando cómo Moisés se iba relajando, y prácticamente todo empezó a fluir mucho mejor.
3 comentarios:
Que bonita historia, gracias por tu experiencia.
A veces la gente piensa que están más cómodos en sus cunitas y no saben lo bien y agusto que están simplemente en brazos de sus padres..
Muchas gracias por contarnos tu experiencia,María.
Muchas veces se olvida que el contacto es FUNDAMENTAL para el desarrollo del bebé.
Preciosa historia. María, muchas gracias por compartir con todas nosotras tu historia, gracias por recordarnos la importancia del piel con piel.
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