miércoles, 31 de agosto de 2011

Volvemos a empezar el 9 de septiembre

Estimad@s lector@s:
Con el deseo de que estéis pasando o hayáis pasado unas merecidas vacaciones, nos dirigimos a vosotr@s con el fin de informaros de que comenzamos la actividad del viernes - GRUPO de apoyo a la Lactancia Materna - el próximo viernes 9 de Septiembre.
Así que estáis invitad@s a compartir las experiencias que podéis haber tenido durante este período vacacional y por supuesto poder resolver cualquier tipo de duda relacionada con vuestra paternidad/maternidad.
Sin otro particular, esperamos poder volver a vernos en el Centro Social de la Zona Norte 3ª Planta en Alcoy con nuestro nuevo horario de 17.00 a 18.30.

Un saludo de Mare a Mare

martes, 23 de agosto de 2011

Los papás asumen un papel activo en la crianza y educación de los niños

Autora: Macarena

Los padres necesitan un reconocimiento especial y no sólo el Día 19 de marzo (Día del Padre en España). En la actualidad los papás se implican en los cuidados de los bebés y también en la crianza y educación de sus niños, un buen ejemplo de ello lo tenemos en Marcos mi compañero en Peques y Más. Una posición activa en el hogar en cuanto a prestar apoyo a la madre y presencia a los hijos, proporciona un modelo a seguir para los niños.

Atrás han quedado los tiempos en los que el padre se percibía como una persona distante y fría, los papás de hoy son cercanos, cariñosos y siempre están dispuestos a salir de casa con los niños para dar un paseo. Yo tuve la suerte de que mi padre me ayudara muchísimo con los deberes y además los sábados por la mañana nos llevaba al campo, en mi entorno esto era inusual así que le estoy agradecida.

Los papás saben cómo estar con sus hijos: les enseñan sobre sus aficiones, escuchan sus problemas del colegio y les llevan a comprar un helado. Las mamás debemos saber dejar que ocupen su lugar porque con su ayuda todo será más fácil, además para los niños es bueno interaccionar de manera diferente con cada una de las personas a su cargo.

El rol del padre es muy importante en la familia nuclear y más aún para muchas familias que viven lejos de abuelos y tíos, nadie mejor que el padre para cuidar de la mamá, comprarles zapatos y jugar a guerra de cojines con los niños. Nadie mejor que la persona que provee el 50 % del material genético del niño. Después ya llegará el momento de tejer redes sociales formadas por más papás, mamás y niños que se pueden ayudar entre ellos
Cuando nace un hijo el padre se convierte en el mejor sustento con la madre, en el puente que la une con el exterior mientras ella se ocupa del bebé. Ellos llevan a los bebés de pocos meses en brazos mientras pasean, sujetan a los pequeños de 14 meses que dan sus primeros pasos y se emocionan con las frases inconexas que pronuncian con dos años y medio.

Los papás se sienten orgullosos cuando un niño empieza a nombrar los colores y cuando escriben con trazo inseguro, los recogen de la escuela y los llevan al cine en sábado. Ellos escuchan las aventuras de la pequeña niña que cursa educación infantil y ríen las ocurrencias del niño que quiere ser más grande de lo que es.

Y durante todo el proceso de crecimiento los papás comprometidos se implican en las tareas domésticas: es cuestión de que cada uno asuma las competencias que mejor se le den, es decir no importa si un papá no friega los platos si puede encargar de la compra o de la plancha.

Cuando los papás pasan tiempo con sus hijos disfrutan al máximo porque saben que el tiempo de ocio escasea, no importa si un día fallan los planes o si deben volver a casa corriendo porque ha empezado a llover. Los momentos de frustración por parte de los niños y niñas porque no han ganado el partido o porque su mejor amigo ha dejado de hablarles son superables si el papá permanece a su lado.

Los padres son muy importantes!


lunes, 22 de agosto de 2011

La lactancia materna prolongada y su controversia

Autora: Eva Paris

Qué tendrá la lactancia materna, que tanta controversia suscita. Incluso algunas personas de las que aceptan que amamantar al bebé es lo mejor se escandalizan cuando se señala que el niño o niña sigue mamando más allá de los dos años de edad.

Esa es la edad mínima que recomienda la OMS, pero incluso antes la lactancia se considera “prolongada” por la mayoría de la gente.

Yo, que sigo dando pecho a mi hija pequeña de dos años, y aunque sólo sea por las mañanas, en casa (lo cual significa que no me expongo a miradas curiosas-sorprendidas-escandalizadas) llevo meses escuchando, cuando sale el tema, con cara de sorpresa “¿Pero aún sigue mamando?”.

Frases con tono más o menos jocoso-despectivo como “¿Se destetará cuando vaya a la mili”? demuestran la ignorancia de mucha gente que desconoce las ventajas del pecho más allá de los dos años y las recomendaciones de las organizaciones de salud.

Ya hemos visto que la leche materna, más allá de los dos años, sigue ofreciendo beneficios inmunológicos y cognitivos al niño, sigue siendo perfectamente adecuada desde el punto de vista nutricional y protege contra la obesidad, por ejemplo.

De hecho, el término “prolongada” que entrecomillo en ocasiones puede llegar a ofrecer la connotación de “innecesaria”, “excesiva”, pero lo cierto es que si no hubiera en nuestro entorno presiones para destetar antes de que niño deje por sí mismo el pecho, sencillamente hablaríamos de lactancia natural.

Precisamente Mireia estas semanas ha estado hablándonos de la lactancia materna prolongada y nos da unos consejos sobre cómo defenderla, ya que las madres que dan pecho más allá de los dos años muchas veces (no siempre) se enfrentan a la incomprensión de su entorno, cuando no a la falta de respeto.

Pero nadie debería cuestionar o atacar a una madre por dar el pecho el tiempo que decida, y menos si lo hace desde la ignorancia o el ataque, y para ello tenemos todos los argumentos a favor de la lactancia.

Esperamos que, seguramente con el tiempo, una práctica tan natural como dar el pecho a un niño o niña deje de convertirse en motivo de polémica o enfrentamientos improductivos y muchas veces fruto del desconocimiento.

jueves, 18 de agosto de 2011

Creación de un Vídeo de Lactancia Materna

Desde el grupo de apoyo a la Lactancia Materna de Mare a Mare queremos hacer un llamamiento a tod@s l@s lector@s para que participen en la creación de un vídeo. Con este vídeo pretendemos difundir al máximo y dar a conocer la lactancia materna mediante imágenes secuenciales.

Las imágenes deben mostrar lo que representa la Lactancia Materna para cada un@ de vosotr@s. No importa la calidad de las imágenes lo importante es el mensaje que se ve en ellas.

Quien desee participar en este vídeo debe de enviar un correo poniendo en el asunto Vídeo de Lactancia Materna a la siguiente dirección de correo: demareamare@gmail.com, se os remitirá una ficha de autorización de imágenes que se deberá de enviar cumplimentada junto con las imágenes.


Desde ya muchas gracias a tod@s.

Un saludo de Mare a Mare

jueves, 11 de agosto de 2011

Mujeres y hombres ¿de verdad somos iguales?

A continuación os transcribo un artículo más que interesante de la revista Mente Libre y escrito por Elena Mayorga que aunque penseis que no tiene mucho que ver con la Lactancia Materna, lo tiene y mucho. Os invito a expresar con vuestros comentarios lo que pensais.


Más de una y más de uno se habrá quedado un tanto sorprendido al leer el título del artículo y habrá pensado ¡¡pues claro que somos iguales! ¡hasta donde podemos llegar que a estas alturas de la vida se cuestione esto?
Y tienen razón …claro …pero sólo en ciertas cuestiones.

Mujeres y hombres, por supuesto que somos, o por lo menos deberíamos ser iguales ante la ley, ante las oportunidades laborales, deberíamos a igual trabajo cobrar los mismos sueldos. Hombres y mujeres deberíamos poder dirigir empresas, países, gobiernos, deberíamos tener la misma libertad de elección, la misma libertad de movimiento, las mismas libertades intelectuales, la misma libertad de pensamiento … es decir en derechos y libertades somos iguales o por lo menos en la teoría, pues estos son dos ámbitos donde, incluso en los países más avanzados, aún no se ha logrado la igualdad completa.

Pero, y aquí viene el pero de esta historia. No somos iguales en todo.
Las mujeres podemos quedarnos embarazadas, podemos parir (si nos dejan) y podemos amamantar a nuestros hijos.

Nosotras podemos gestarlos. Podemos, durante nueve meses, ir dándoles a través del cordón umbilical todos los sustentos necesarios para que se vayan formando sus cuerpos. Y durante esos mismos nueve meses, podemos ir ofreciéndoles a través de nuestras palabras, de nuestros gestos, de nuestros cuidados, y sobretodo, de nuestro amor, un gran número de otro tipo de nutrientes para formar su espíritu. Y cuando escribo espíritu, no me estoy refiriendo a un sentido religioso del término.

Nosotras podemos parir a nuestros hijos, vuelvo a decir, si nos dejan. Nosotras podemos sentir las contracciones y podemos notar el cuerpo de nuestros bebés deslizándose a través de nuestro organismo. Nosotras podemos pujar y ayudarles con nuestras fuerzas a atravesar el canal del parto y ver por primera vez la vida al otro lado.

Y una vez nacidos.
Nosotras podemos nutrirlos con nuestra esencia y colmarlos con la savia de nuestros pechos, de amor, apego, vinculación y sustento.

¿Ya son bastantes diferencias? ¿Verdad?
Diferencias, por supuesto, que no significan que un sexo sea mejor que el otro. Eso sería un debate espurio. Además, es obvio que cada sexo tiene su papel biológico imprescindible dentro de la especie.

Llegados a este punto, aprovecho el espacio que me dan estas líneas para ser yo la que os envíe una pregunta.

Si es tan indiscutible la diferencia entre hombres y mujeres.
Si es tan evidente que no somos iguales hablando en términos fisiológicos y biológicos.
Si es tan obvio que Madres y Padres tienen un disparidad de papeles en los primeros años de vida de sus hijos.

¿Por qué esta sociedad quiere robarle a las mujeres que deciden ser madres su lugar? ¿Por qué nuestra sociedad le vuelve la espalda a la maternidad? ¿Por qué esta sociedad cada vez interfiere más en la maternidad y en muchos casos embarazo, partos y lactancia acaban alejándose de lo natural para recabar en el ámbito de lo artificial?

Nos ponen mil trabas médicas y laborales para vivir un embarazo relajado y dichoso, nos cuesta parir en condiciones, nos presionan y mal aconsejan para que abandonemos de forma precoz la lactancia de nuestros hijos, nos impiden vivir en paz el proceso de crecimiento interior que supone el puerperio, nos señalan y nos ningunean si decidimos quedarnos a criar a nuestros hijos en la casa, nos señalan y nos ningunean si decidimos criar a nuestros hijos y trabajar una vez pasada la baja por maternidad, somos señaladas, somos ninguneadas.

Vuelvo a preguntar ¿por qué esta sociedad quiere robarle a las mujeres que deciden ser madres su lugar?
Curioso ¿verdad?
Dejo en el aire otras preguntas:
¿Por qué esta sociedad quiere robarle a la naturaleza su lugar?
Madres y naturaleza nutren y esta sociedad les vuelve la espalda ¿estamos ante el fin de nuestra sociedad?
La violencia, la agresividad, los crecientes casos de problemas de la mente ¿estarán relacionados con el distanciamiento que la artificialidad impone entre Mamás y Bebés?

¿Qué pensáis vosotros? ¿Tenéis respuestas a mis dudas?

lunes, 8 de agosto de 2011

El aislamiento de las madres que dan Lactancia Prolongada

Por Mireia Long Via Bebes y más.


Hemos hablado hasta ahora de la razones por las que ahora, en nuestra sociedad, se ha convertido en algo poco habitual, aunque en muchas culturas el dar el pecho más de dos años no sea minoritario, acuñándose el término de lactancia materna prolongada a un concepto bastante variable, que podemos generalizar diciendo que se suele aplicar a quien amamanta más de un año y segurísimo a quien lo hace más de dos. Y, en términos también generales, tiene una consecuencia: el aislamiento y la presión sobre las madres que se salen de la norma de nuestra sociedad “deslechada”.

Sin embargo, dado que la edad del destete ideal es un hecho en el que todas las culturas humanas suelen tener algo que decir y que limita sus aspectos naturales, el practicar la lactancia natural sin un destete programado no es comprendido en nuestra sociedad, una de las sociedades que menos amamantan y por menos tiempo, y provoca, además, las críticas más absurdas.

Que la leche no alimenta, por supuesto. Que la leche se ha acabado seguro unos meses después del parto. Que no puede ser buena para el niño, mejor la de vaca. Que seguirá mamando a los 18. Que se hará homosexual, como si la orientación sexual fuera una infección por las glandulas mamarias femeninas. Que nunca se despegará, será inseguro… yo que se. La de tonterías que he tenido que escuchar.

El aislamiento de las madres y la presión del entorno
Pero si topas con un pediatra anticuado o tu familia sigue con prejuicios contra la lactancia, el dar el pecho después del año, y no os digo ya después de los dos años, se puede convertir en una fuente de disgustos. Lo que si os digo, para animaros, es que a partir de los tres o cuatro dejan de opinar, sobre todo si los has puesto en su sitio a su debido tiempo.

Las madres pueden llegar a sentir un gran aislamiento y sufrir mucho especialmente en las reuniones y situaciones en las que se las aborda con comentarios hirientes. Dependiendo de ellas mismas y de la mentalidad de quienes las hacen sentirse agredidas o despreciadas, pueden usar algunas estrategias comunicativas para lograr hacerse, aunque no sea entender, al menos, respetar.

El grupo de afines
Para ellas suele ser de mucha ayuda buscar apoyo en otras madres que amamanten o tengan un estilo de crianza parecido, pues sentirse respetada, escuchada y valorada es indispensable. Realmente, la soledad de la maternidad puede ser muy dura en nuestra sociedad, pero si encima el entorno directo ataca nuestras decisiones, se burla de ellas, presiona con amenazas sin fundamento alguno o nos reta permanentemente necesitamos crear nuestra propia familia en la que podamos maternar confiadas y seguras.

Ese grupo de afines muchas mujeres lo encuentran en redes de madres, grupos de apoyo a la crianza o la lactancia y en internet.

Respecto a las presiones, ataques, desprecios y burlas de las familias o el entorno habitual sobre la lactancia escribiría una epopeya. No entiendo que la gente se considere con derecho a meterse en nuestra intimidad y criticarla, incluso si son miembros de la familia directa, o si lo hacen con buena intención desde la ignorancia.

Sigue siendo una forma de violencia especialmente dura para las madres recientes y me gustaría que nos contáseis algunas de las situaciones difíciles por las que habéis pasado en vuestra lactancia materna prolongada.

Veremos en el siguiente tema algunas ideas para sobrellevar las dificultades y problemas de la lactancia materna prolongada y la documentación científica que la avala como una práctica normal y sanísima.

La actual pérdida de la cultura del amamantamiento hace que en ocasiones se ejerza sobre las madres que siguen dando pecho a sus hijos más allá de las pautas marcadas como “normales”, presión psicológica o cierto aislamiento, los mayores problemas y dificultades de la lactancia materna prolongada.

Las mujeres que dan el pecho más de un año se enfrentan a menudo con la incomprensión de familiares, amigos y profesionales de la salud y buscan razones con las que defender sus decisiones e información que cambie la opinión de los que las atacan.

¿Debemos defendernos?
En primer lugar debo decir que no creo que una madre o un padre deban defenderse por tomar decisiones sobre crianza y que los demás más bien tendrían que aprender un poquito de educación y meterse en sus asuntos.

Mi premisa sería: a quien no le debamos explicaciones, no se las demos. A quien comente algo que no es de su incumbencia, no le contestemos. A quien sea grosero, maleducado, burlón o sarcástico, responderle con silencio o de forma cortante, tal y como merecen. Cuanto antes se ponga en su sitio a los metomentodo, mejor.

Veremos, en otro tema, como, las mamás que se sienten presionadas o aisladas por su entorno debido a la lactancia prolongada pueden defenderse y responder a los ataques o a los comentarios desagradables.

sábado, 6 de agosto de 2011

Las dificultades de la lactancia materna prolongada

Autora: Mireia Long


Debo empezar diciendo que no me gusta nada el término lactancia materna prolongada, pues su significado es tan variable como la mentalidad de las personas. Cuando una mamá amamanta más allá de los nueve meses o del año se sigue encontrando muchas situaciones incómodas, críticas y comentarios nacidos de la ignorancia por parte de su entorno. Esta es sin duda la peor de las dificultades y problemas de la lactancia prolongada.

Se suele considerar lactancia materna prolongada la que va más allá de los dos años que aconseja la Organización Mundial de la Salud como el tiempo mínimo óptimo de amamantamiento, sin embargo, la misma OMS aclara que es una cifra que solo indica el mínimo y que no hay razón para destetar a los dos años.

Dicho esto, en realidad una lactancia duraría mientras madre e hijo lo decidan, y podría ser normal mantenerla hasta, perfectamente, los seis o siete años, sin que existan dato alguno real que demuestre que esto es perjudicial, como veremos más adelante, y, no solo eso, sino que es una edad normal de destete según parámetros etológicos referidos a las características de nuestra especie, como reconoce el Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría.

Amamantar después de los dos años suele ser mucho más sencillo. Los problemas iniciales fueron ya superándose, los niños van teniendo pautas de sueño más estables y la lactancia sirve como consuelo y reconciliación además de como alimento. Ya no nos preocupará si toma suficiente, pues daremos toda clase de alimentos y también, si queremos, otros lácteos. Incluso, si hay situaciones en las que no queremos amamantar o hacerlo en privado, los niños van entendiendo y pueden aceptar estas condiciones.

Pero, por otro lado, sigue teniendo a su favor las mismas ventajas que antes: un alimento de gran calidad siempre listo y protector, esteril, que puede rehidratar, alimentar y consolar a la vez.

Las dificultades para una madre que desea dar el pecho más de dos años son, fundamentalmente, las presiones y la incomprensión del entorno.

Datos contra la lactancia materna prolongada

Realmente no hay ningún dato que demuestre que dar el pecho más de dos años tenga el más mínimo inconveniente ni para la salud ni para el desarrollo emocional del niño. Tampoco para la madre. Más bien, todos los estudios que se publican suelen indicar que los beneficios de la lactancia se mantienen a lo largo del tiempo e incluso son mayores cuanto más dura la lactancia, aunque suele haber pocos trabajos específicos sobre niños mayorcitos.

Y más bien hay datos muy claros que señalan que, a pesar de ser una cuestión muy influenciada por las pautas culturales variables, el periodo de amamantamiento natural en el ser humano se puede fijar entre los dos años y medio y los siete años, según el marcador analizado. Por tanto, hablar de lactancia materna prolongada no tiene mucho sentido.

Suele indicarse que los niños necesitan tomar leche para lograr un desarrollo completo de sus huesos y su crecimiento, por lo menos hasta los seis o siete años. Si de verdad hace falta al niño humano tomar leche, la lógica nos dice que siempre hablaríamos originariamente de leche de su especie más que leche de otra, aunque puedan asimilarla.

Sin embargo, ya que en nuestro entorno amamantar dos años es minoritario y los ataques a las madres que dan el pecho empiezan mucho antes, hacia el año, me referiré a la lactancia materna prolongada y sus problemas de forma flexible y dependiendo mucho del entorno y su valoración de la lactancia después de haberse introducido la alimentación complementaria.

A pesar de proporcionar múltiples beneficios y no conocerse ningún inconveniente para la lactancia materna prolongada, las mujeres que deciden amamantar a sus bebés hoy en día durante un periodo superior a los dos años, se encuentran con frecuencia con dificultades.

Aunque hay campañas y una mayor conciencia de los beneficios de la lactancia materna, se siguen presentando como si fuera algo añadido, un plus que podemos ofrecer a nuestros hijos, produciéndose la situación en la que la madre que amamanta no recibe suficiente información o a apoyo del entorno.

La pérdida de la cultura del amamantamiento

Nuestra sociedad ha perdido en los últimos cien años la cultura del amamantamiento y se sigue considerando “normal” dar el pecho unos meses, pero cuando se supera el año las mamás empiezan a sentir una fuerte presión de conocidos, familiares y hasta de la señora de la cola del super que se permiten indicarle el daño que le hace a su hijo, los problemas psicológicos que le aguardan y que su leche, por supuesto, ya no puede alimentar.

Los falsos mitos, incompatibilidades, problemas para la madre y trastornos mentales profetizados para el niño han dado ya muchos temas a Bebés y más. La información cala despacito y se siguen escuchando muchas tonterías contra la lactancia a demanda, la lactancia nocturna, la lactancia exclusiva, todas ellas culpables, al final, de fracasos en lactancias deseadas perdidas por los malos consejos.

Si a eso añadimos que a veces las madres no cuentan con alguien con experiencia que sepa identificar el problema y ayudarlas de forma efectiva, es complicado salir adelante.

Los profesionales de la salud y la lactancia materna prolongada

Desgraciadamente a veces los profesionales de la salud tampoco apoyan la lactancia materna como debieran. Recuerdo a mi primera pediatra, la que me regalaba leche de bote para que le diera a mi hijo al irme a trabajar y me decía que sacarme la leche era un capricho absurdo, la que pautaba el destete nocturno con Estivill desde los seis meses y desde luego consideraba seguir con el pecho después del año una manía sin sentido. Vamos, toda una defensora de la lactancia que sin duda lograba que pocos niños pudieran seguir tomando leche materna tras pasar varias veces por su consulta.

Me temo que no es la única que sigue mandando biberones de ayudita innecesarios, manda leche artificial para las papillas, te dice que la leche es de postre una vez has introducido la alimentación complementaria prematuramente y considera que la lactancia nocturna es perjudicial. Cada vez son menos, pero siguen quedando y hay que saber detectarlos para huir de ellos si quieres amamantar sin problemas.

Por supuesto hay magníficos pediatras y enfermeros que se actualizan, como es su obligación y ayudan a las madres a seguir amamantando, dándoles toda la información necesaria para que entiendan lo importante que es la leche materna para sus hijos también a partir de los seis meses o del año. Sin ellos, posiblemente nunca se logre mejorar los índices de lactancia españoles. Hay que reconocerles el gran papel que hacen.

Sin embargo, pese a la gran influencia que puede tener nuestro pediatra o nuestra matrona o enfermera de pediatría en el fracaso o el éxito de nuestra lactancia, la presión hacia las madres que ya están informadas y han decidido seguir con la lactancia mientras sus hijos lo deseen, no suele venir tanto de los sanitarios, a los que se ha aprendido a sortear o elegir, sino del entorno: la familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo o, en general, cualquiera que se entere que no has destetado antes del año y se considera con derecho a darte la charla. Las dificultades de la lactancia materna prolongada son sociales como decía al principio y veremos en el siguiente tema como lidiar con ellas.

martes, 2 de agosto de 2011

La lactancia materna exclusiva durante seis meses protege al bebé contra el asma


Son innumerables los beneficios del amamantamiento, y uno de ellos es que según un estudio realizado en Holanda con más de cinco mil niños, la lactancia materna exclusiva durante seis meses protege al bebé contra el asma.

Investigadores del Centro Médico Erasmus recopilaron información sobre la alimentación que recibieron los niños, teniendo en cuenta si fueron amamantados exclusivamente o si, además, incorporaron papillas u otras leches.

Encontraron que aquellos que habían sido amamantados durante seis o más meses son menos propensos a desarrollar síntomas de asma en la niñez temprana, mientras que los niños que nunca habían recibido leche materna tenían un mayor riesgo de sibilancia, falta de aire, tos seca y flema persistente en los primeros cuatro años de vida.

Han visto que la posibilidad de desarrollar esta enfermedad también depende de la duración del amamantamiento. La lactancia materna exclusiva demostró tener el mayor efecto protector, que iba disminuyendo a medida que se reducía el tiempo de amamantamiento.

Por su parte, los niños que nunca fueron amamantados tenían hasta 1.5 veces más probabilidades de desarrollar sibilancia o flema persistente. Los niños que fueron alimentados con otras leches o sólidos además de la leche materna en los primeros cuatro meses de vida también eran más propensos a experimentar sibilancia, falta de aire, tos seca y flema persistente en los primeros cuatro años de vida que los niños que fueron exclusivamente amamantados en sus cuatro primeros meses.

Los resultados del estudio vienen a respaldan las recomendaciones actuales de organismos como la OMS que aconseja la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida. Además de proteger al bebé contra el asma, la enfermedad respiratoria más frecuente en la infancia en los países industrializados, el amamantamiento tiene importantes beneficios, tanto para el bebé como para la madre.