
Quizá durante el tiempo de preparación surgieron contratiempos e imprevistos. Por un lado no conseguimos encontrar patrocinio, y por otro, la noticia de que había más gente interesada de la que podíamos acoger en un principio. Pero en ambos casos rápidamente encontramos una salida, y realizamos las operaciones necesarias para llevarla a cabo y que todos pudieran acudir a la charla de la forma más conveniente o menos conflictiva posible (queremos dar las gracias por la comprensión que tuvieron las personas que supieron entender la situación y adaptarse a las soluciones que se tomaron).
El gran día fue para nosotras muy satisfactorio y halagador: nos sentimos muy unidas esas horas antes preparándolo todo, con cierto nerviosismo y entusiasmo a la vez. La sala se llenó, acudieron más de 400 personas. Hubo mucha implicación entre los asistentes, entre las dos sesiones se formularon más de 60 preguntas. Algunas de ellas no dio tiempo a responder, y Carlos se ofreció a contestarlas vía mail (aprovechamos para decir que conforme nos vaya enviando las contestaciones las iremos colgando en el blog). Vino gente de muchos lugares: Alicante, Xátiva, Gandía, Sax, Villena, Valencia, Murcia, Onteniente, Banyeres, Cocentaina, Muro… Nos sorprende y alegra saber que hemos podido llegar tan lejos. Siempre tenemos a disposición de quien quiera libros, folletos e información que creemos importante conocer en el proceso de lactancia y crianza con apego de los hijos, y en este acto también fue un éxito, hubo mucho interés en general e incluso algunos libros se agotaron.La conferencia al día siguiente salió en la prensa, señal de que tuvo una gran repercusión. Nos halaga saber que fue noticia.
Por todo esto nos sentimos muy satisfechas del trabajo realizado y del resultado. Pero sobre todo, nos llena sentirnos útiles colaborando en la concienciación y formación de los padres, madres, abuelos/as y sociedad en general en este proceso de acompañamiento en el crecimiento de los niños, de nuestros hijos. Ellos son los grandes beneficiados de que los adultos vayamos siendo más conscientes de sus necesidades, y seamos capaces de bajarnos de nuestro pedestal a mirarlos desde su misma altura.